Descuidar la largura de las uñas de tu perro puede acarrear más problemas de los que te imaginas. Además de la incomodidad que suponen para el animal, pueden causarle heridas e incluso la desviación de sus falanges. Así que aquí te explicamos cómo no llegar a esta situación.
Los perros gastan las uñas de forma natural, paseando, rascando la tierra, enterrando cosas, etc., pero muchas veces, la vida sedentaria que llevan o enfermedades como la Lehismania, hacen que el crecimiento de éstas sea más rápido y mayor de lo habitual.
Una largura ideal de uñas sería cuando éstas no tocan el suelo, es decir, cuando no oímos a nuestro perro andar sobre el parquet como una bailarina de flamenco sobre un tablao. Si las uñas empiezan a tocar el suelo debemos cortarlas.
Hay herramientas específicas para ello, como los cortaúñas o las limas, pero si no nos vemos capaces de hacerlo nosotros mismos, podemos ir a un veterinario o peluquería canina y allí lo harán por nosotros.
Es importante saber cortarlas por el bien de nuestro perro, ya que dentro de la uña hay una vena y, cuanto más dejemos crecer la uña, más crecerá también esa vena. Al cortarla sangrará muchísimo, y si sus uñas son negras o están demasiado largas, será casi inevitable que esto suceda.
Los profesionales de la higiene canina tenemos los productos adecuados para cortar la hemorragia de forma rápida y eficaz. Hay muchos en el mercado, pero, desde BEC, el que mejor funciona es el Permanganato potásico. ¡Ojo!, porque la mancha no se borra en varios días.
Otro aspecto a tener en cuenta es la forma de cortar las uñas, la cual dependerá de la morfología del animal, pero casi siempre se cortan como os mostramos aquí.
Los perros suelen tener cinco uñas en las patas delanteras y cuatro en cada una de las patas traseras, pero hay razas, como los mastines y otras muchas, que tienen espolón y doble espolón en ocasiones.
Así que echadles un vistazo a esas uñas y en BEC os estaremos esperando para una sesión de manicura perfecta, si así lo requiere el momento.