Filosofía
Nuestra premisa principal se basa en que todos los perros pueden ser adiestrados. Da igual su raza, su tamaño, o sus capacidades cognitivas. Lo más importante es saber, por un lado, las técnicas adecuadas de aprendizaje para cada perro y por otro tener el compromiso del dueño en conseguir los objetivos planteados. Cuando comprendemos el cómo y el porqué del comportamiento de nuestro perro, todo empieza a tener sentido y nuestro trabajo a dar fruto.
Enseñamos a tu perro a pensar y a elegir voluntariamente llevar a cabo las conductas adecuadas y no las erróneas. Establecemos un vínculo satisfactorio con el dueño, a través de pautas y ejercicios y el perro aprende porque disfruta haciéndolo, al mismo tiempo que canalizamos sus instintos naturales a favor de un aprendizaje respetuoso con su bienestar y su felicidad.
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No humanices a tu perro.
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No le niegues su naturaleza.
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No vayas contra sus instintos, utilízalos a tu favor como herramientas de aprendizaje.
Los adiestradores solemos tener perros
de las razas más inteligentes
Como pueden ser el Border Collie, Pastor Alemán de trabajo, Pastor Belga Malinois, etc… Parece lógico contratar a los mejores empleados realizar los trabajos más cualificados ¿verdad?. Mi experiencia comenzó al revés: eligiendo “al peor de los empleados”: un Dogo de Burdeos, vago, terco, y un tanto obtuso, y sin demasiada salud. Pero… ¡la rana se convirtió en princesa!